viernes, 27 de abril de 2012

Miedo al blanco.


Matando la exigencia de lo convencional
ahuyentando los resquicios de algo que pudo ser
alimentando la espera 
devolviendo los tiempos muertos
y nuestras entrañas;
minuteros
de una bomba
a punto de estallar.


Ni aquí, ni en Pekín
dado la vuelta
o al revés
cabezabajo los nervios no salen por la boca
ni las malas maneras por el culo
a si que nos dedicamos a incharnos
e incharnos
hasta no poder mas.


Somos enfermos en teminales
soñando con vías imposibles,
señoras con cafés
de cafeterias impronunciables,
caballeros con periodicos de
noticias intragables
y el mundo cínico
sigue rodando en las grandes ciudades.


Me uno a ellos
en un alarde de egoísmo
y me entristezco
(sólo)
por el blanco del papel vacío.


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