lunes, 17 de agosto de 2015

Tan tarde.

Siempre despierto cuando es muy tarde,
muy tarde,
como Bukowski; no era mi día, ni mi semana, ni mi año,
ni siquiera mi vida.
Y tu estas tan guapo
y yo tan tarde
o tan temprana en esta ocasión.
Se juntan en mi vida dos contradicciones,
la impaciencia
con llegar tarde,
y todo me explota alrededor.
No se llegar en el momento adecuado,
ni mi cabeza sabe adecuarse a los momentos.
La vida me da lecciones, una tras otra,
para que aprenda,
y no comprende que nunca supe adaptarme a la exigencia.
Soy perfecta,
pero aún no se para que,
tiempo atrás lo supe,
estaba segura,
pero ya no.
Perfecta para llegar tarde,
para aplaudir cuando la sala ya está vacía,
temprana para cuando ya está todo el mundo sentado.
Adecuada para ser espectadora.
Me se la teoría, la tengo grabada a fuego en mi piel,
en mis ojos,
en mi cabeza,
pero no sé, no quiero, no sé.
Me falta determinación, 
constancia, 
iniciativa,
y cigarros.
Y tu tan guapo,
y yo tan tarde,
o temprana en está ocasión.

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