viernes, 30 de marzo de 2012

Momento.

Ella entró en la habitación, cansada, sin aliento, ya no le quedaba mas para dar,
pero aun asi cruzó la puerta y buscó con los ojos lo que repetidas veces
habia buscado en otros escenarios, lo encontró.
Se sentó a su lado y se pidió una cerveza para poder tener alguna escusa mas para 
estar alli, entonces, abrió esa boca, esa conocida boca y habló:

-Pensé que no vendrías, se que no te gusta remover nada.
-Asi es, quiero zanjar cosas, nada mas.
-Bueno, ¿y que quieres zanjar exactamente? 
-Todo, quiero tomarme esta cerveza, salir de este bar y hacer como que nada ha pasado.
-Eso es imposible, lo sabes.
-No tan imposible, me he pasado meses, años, décadas, entrenandome para este momento.
-¿Si? ¿y como hacemos esto?
-Tu no aparezcas, preguntame lo que quieras, suelta todo lo que necesites y luego, no aparezcas.
-¿Y si lo que tengo que soltar te ancla aquí para siempre? entonces no sería yo el que tendría que desaparecer.
-No creo que te quede en las entrañas ni lo mas minimo para sorprenderme.
-¿Ah no? bueno.
-Sueltalo.
-Estás fría, aunque no lo creas, tienes miedo a todo y por eso estás fría.

Ella calló, tomó la cerveza y se la tragó hasta el fondo del vaso, puso dinero encima de la barra mientras tomaba su abrigo.
Levanto la cabeza de entre sus cosas y le miró fijamente.

-Dime algo que no sepa.

Y la puerta se fue cerrando a sus espaldas.